lunes, 28 de abril de 2025

ALGO MÁS QUE MATERIA

La condición de "ser humano" tanto si fue creado como si no, implica que está limitado por el velo de la ignorancia. Esta comprensión de su límite y finitud (muerte) implica un sentimiento de soledad y al no entenderla, al no soportar ese vacío busca un dios; éste está por encima de todo o está en nuestro interior, cual espejo donde mirarse, a falta de entender su presencia o verle. <<Mas como nadie es perfecto, necesitamos los dioses >>
 Carl Gustav Jung. 
Así que se inventaron los ídolos y se sacralizaron sus imágenes. Donde está la figura sagrada se pone el alma en sus manos. Oramos, rogamos, queremos llevarnos bien (en el mejor de los casos). La plegaria se hace necesaria; mediante la palabra verbalizada en voz alta o en nuestro interior se invoca su presencia.
Los místicos buscan esa presencia continuamente:
<<¿A donde te escondiste amado?>>  <<Descubre tu presencia, y máteme tu vista y hermosura; mira que la dolencia de amor no se cura, sino con la presencia y la figura>>
 San Juan de la Cruz. 
No pueden vivir sin ese anhelo de Dios y eso en sí, ya les hace un poco más divinos. Sin ese anhelo están vacíos.
En la materia que somos habita el ego, la conciencia de ser es otra materia con distinta configuración, la esencial de la verdadera vida, aquella que nos hace libres.
Según Ramana Maharshi, sólo la consciencia del Sí -Mismo es lo que da la auténtica felicidad.
<<Yo no soy cuerpo; soy más. Yo no soy mi habla, mis órganos, el oído, el olfato; eso no soy yo. La mente que piensa tampoco soy yo. Si nada de eso soy, entonces ¿ quién soy? La conciencia que permanece, eso soy.>>
 Se le nombra conciencia o Dios, llámesele como se quiera.Que somos algo más que burda materia, de eso estoy segura.

IOLANTHUS 







domingo, 6 de abril de 2025

POETA DE INTERIORES

 En el sueño te encontraste con el que fue tu maestro de Lengua Castellana Y Literatura.

 Recuerdas en la onírica escena como te señalaba con la mano un cuaderno de alambre que estaba encima de una mesa antigua.

Te decía, sin hablar, que apuntaras en el cuaderno las dosis de no se sabe qué fármaco para darle a tu bebé.


<<No te olvides>> insistía.


<<No te olvides de la poesía aunque estés en caída libre.
Ella te curará. No te olvides de las palabras que son un andamio para sostener el edificio de tu vida, sin importar a donde vayan.
Es la única libertad que te queda.>>


Seguías  soñando, pensabas...
En un mundo que se retroalimenta de información confusa, sesgada y degradada.
Cuando hasta el Amor se disfraza de confusión y el mismo Confucio no sabría que decir.


Le viste con su ancho maletín lleno de exámenes para corregir.
El fue tu último profesor de Lengua.
Tal vez por eso le hayas visto en sueños. 
Tal vez porque la literatura es tu asignatura favorita y aún no la tienes aprobada, según San Absurdo.


Sé que intenta rescatarte de tu propia nada.
Su mirada es la de siempre, la de un hombre preocupado por que sus alumnos aprendan, más de la vida real que de las letras, aunque sabe que dependemos de las letras para contar la vida real.


Pero este sueño no trata de él.
Trata de salir una vez más de la tristeza,
de la pérdida de ilusión.
Quizá...quizá ¿qué? 

Despertaste...


Supiste que tu bebé era la poesía y el fármaco la voluntad de seguir siendo tú misma.
O lo que es lo mismo, poeta de interiores.


IOLANTHUS