Tiene el corazón con las paredes de papel.
Grafitis en las arterias con el nombre de quien tanto amó.
La sangre borbotea dentro de las entrañas cuando imagina el cuerpo desnudo y la desnudez de las palabras que hasta sus fieros ojos llegaron.
En las paredes de papel de su corazón inflamado hay títulos omnipresentes,
firmados por Bukowski o Pizarnik.
Rúbricas de jinetes de la poesía que le latieron mientras le cabalgaban.
Circula por su alma algunas parábolas desgastadas que en su día fueron una fuente de incordio y un arreo hacia la felicidad.
Felicidad que pasó con suma fugacidad: fútil forma, fácil promesa, fértil cosecha que compartir con otros mundos.
Siempre repetía: -no digas que esto es un sueño.
Y no lo fue mientras en sus paredes de papel se escribían los versos que movieron otros microuniversos
hasta licuarlos en pura miel.
¡Perdonadme! - dijo después- ya no sé ni lo que estoy sintiendo. El corazón se me arruga y la sangre se me cae a los pies.
Hermosos recuerdos laten por sus venas, hasta caer en la cuenta de que ahora puede decir : -ERASE UNA VEZ...
Un corazón con las paredes de papel
IOLANTHUS
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