domingo, 16 de septiembre de 2018

EL CUERVO O EL HAMBRE DE POESÍA.



- Yo soy poeta.-  Dijo la mariposa.
- Tienes unos colores divinos.- Le contestó el cuervo.
- Te hablo de esencias que no se ven.- Dijo ella mientras se mesaba los ocelos.
- ¡ Oh sí querida!- Suspiro él.

Un rayo de sol iluminó  las alas de la mariposa haciendo que brillaran aún más sus colores.
El cuervo siempre fue cuervo, nunca dijo de sí mismo que fuera otra cosa. De un solo picotazo se zampó a la mariposa.
Satisfecho su sentido del arte, oteando el horizonte alzó el vuelo en busca de otras tonalidades.

YOLANDA.