domingo, 7 de abril de 2024

EL SELLO DE SALOMÓN

                                                                                                              Para NeuroAlchemy


 


-¿Puedes protegerme de la enfermedad? ¿y de la muerte?

  -No, pero te daré un sello para protegerte de los demonios y del olvido.

Salomón soñó con el Arcángel san Miguel entregándole un anillo. Al despertar el objeto estaba en su dedo. Fue al templo y dio gracias al Señor.

El arqueólogo había investigado durante muchos años en Megido, Laquis, Samaría etc. Recabado información de sus colegas que investigaban como él la autenticidad de los textos bíblicos, esto es, la época de los Patriarcas, los Reyes y la construcción del libro sagrado. Había llegado a la  conclusión, que éste se había escrito en época de Josías. Jerusalén era a penas una pequeña ciudad sin importancia en época de los reyes y Salomón es casi una idealización  literaria de la época de Josías.

Réplicas de su famoso sello se venden en las tiendas de objetos de esoterismo, en la ciudad que ahora visita. Vidala, vidente de profesión lee las cartas a su cliente. Un arqueólogo con dudas existenciales sobre su vida personal. Apto para las excavaciones y la investigación pero no para retener a su pareja con él. Oye un ruido a su espalda y se gira instintivamente. Al fondo de la tienda hay un facsímil de un  libro, El Cantar de los cantares, con una portada de exquisita de factura medieval. Está preservado tras una vitrina. Vidala le da consejos, que nosotros no podemos oír, pero por su rostro se diría que su ánimo  ha sido tragado por las arenas del tiempo. Su mente científica tiene curiosidad y después de pagar a la vidente pregunta por el libro. 

Ella le responde:

-La portada es una especie de mándala, y al mismo tiempo un signo de protección, contra los demonios. Pero yo intuyo que usted ya sabe todo eso.

-Sí, es cierto.-contestó sin despegar la mirada del ejemplar. -¿Puedo hacerle una foto?

-Sí, claro, no creo que le robe la tinta una foto- dijo riendo con ganas.

Tomó la foto y le preguntó por el precio. Demasiado caro para él, se conformó con la imagen.

Desde entonces tiene la reproducción del sello de Salomón como salvapantalla. Quizá esté más interesado en salvar sus investigaciones que sus relaciones, o quizá fue Vidala la que le dijo que todo había terminado con su pareja y nada se podía hacer. No lo sabemos, no creáis que los demonios lo sabemos todo.

                                                                      IOLANTHUS

 





viernes, 29 de marzo de 2024

IOLANTHUS

      Al llegar  a la meta entregabas las credenciales que atestiguaban, mediante sellos en el papel, todas las etapas por las que habías pasado. El Camino fue el microcosmos por el que deambulabas en la vida. Tan parecido, que así fuese la vida misma. Con repechos que te dejaban agotada, pero que tras la subida (como un grandísimo problema en el día a día) disfrutabas más del descanso( como el problema que se soluciona). Líneas rectas bajo el sol del mediodía que simulaban una neurosis obsesiva y que acababan en un paisaje que recordaba el Paraíso. Lo que tenías delante lo tenías dentro. Hay una gran diferencia entre el Camino de Santiago y la vida día tras día (que es otro camino hacia la muerte) y es que mientras vivimos apenas somos conscientes del presente mientras que en el peregrinaje a Santiago te hiciste más consciente de todo: Dolores de gemelos, sed, ganas de orinar y no encontrar donde hacerlo, bajadas de tensión por las horas de esfuerzo, hambre, un lugar donde dormir, asearte y lavar la ropa llena de polvo del camino. Observar el entorno, los  olores, el silencio y los ruidos. Hasta que tu mente se detuvo por unos instantes y fuiste feliz. Descansaste y dormiste como un leño ya sin preocupaciones. A veces rodeados de personas y otras veces solos.


Recuerdas un precioso bosque de helechos y coníferas y un mojón que marcaba los kilómetros que quedaban hasta Santiago, donde todo el que pasaba dejaba una piedra. Cogiste una hoja grande del suelo y en letras pequeñas pusiste tu nombre,  el suyo y la fecha. Cogiste la hoja verde porque sabías que se descompondría en el suelo como vosotros algún día. Así se manifiesta la transitoriedad de la vida, del Camino, del tiempo que transcurre. Aquello fue un tiempo presente que traes a tu mente en este presente que se hará pasado. 

Al llegar a la plaza del Obradoiro la Gaita sonaba. Un muchacho joven la tocaba con maestría. Después una especie de diploma donde dejaron escrito un nombre nuevo, Iolanthem.

Con el tiempo te gustó más Iolanthus. Has intentado encontrar el significado de este nombre pero no me fías nada de lo que cuentan en internet.

Empezaste por Io:

Io, princesa, sacerdotisa o ninfa según la mitología griega. Para escapar de los celos de Hera, la esposa de Zeus, éste la transformó en una vaca blanca.

En italiano es -yo-

En griego procede de iôn* -errante-

-lanthus: no hay resultados. Aunque jurarías que habías leído algo sobre libélula. Se está sesgando la información en las redes. Menos mal que tienes tus libros, seres con alas y vida propia.

-Anthus: es una familia de aves pequeñas.

Así que podría traducirse como -yo, pájaro errante-

Te gusta.

                                                          IOLANTHUS




*la letra -O- lleva un guion o rayita  encima.