viernes, 27 de noviembre de 2020

¿INSTAGRAM?

 

DIBUJO HECHO CON PAINT POR IOLANTHUS
TÍTULO: OTOÑO




Te sigo si me sigues. Si me sigues, te sigo. ¿Discriminamos o sólo damos a “seguir” por compromiso, porque aumentan el número de seguidores, porque de verdad su galería nos gusta, porque aumentan posibilidades de ser más visible etc? Fotos y más fotos ¿Cuánto tiempo le dedicamos a mirar esas maravillas de paisajes, composiciones, abstracciones, pensamientos, textos que van debajo de la foto? Pensémoslo.

Publicidad a tutti plein o tutiplén, según se quiera. Todo por nuestro bien. Los chats sirven para que desconocidos y desconocidas busquen pareja. Para los que ya tenemos pareja, esto es un engorro.

Me hice Instagramer para promocionar mi blog, mi libro y mi nombre como escritora y poeta. Me decían que si no estás en las redes sociales no eres nadie.  Más bien creo que las gigantes tecnológicas no son nadie, no tienen negocio de datos sin los usuarios/as. No alcancé mis propósitos.* Sigo siendo nadie y por mí estupendo. 

Bien, mi experiencia en esta red social no me ha servido de nada. Más bien para hacerme perder el tiempo a parte de querer saber todo sobre mi para, Dios sabe que espurios negocios.

¿Paranoia? ¡Quién sabe!

Borré todas las fotos y los textos. Me dio muchísima pena. Mientras borraba cada foto con cada poema, con cada minitexto, con sus pequeños comentarios de seguidores…Vi pasar delante de mis ojos casi dos años de mi vida en imágenes. Cuando éramos libres y cuando nos hicimos esclavos de las decisiones de los que nos gobiernan con la excusa de la pandemia. O ya éramos esclavos y el virus nos puso la puntilla. Vi toda la información que estaba dando sobre mi persona de forma gratuita a cambio de generarme dependencia del número de seguidores que subía y bajaba de forma aleatoria. Bots, I.A. en forma de supuestos psicólogos que te preguntan tu opinión ¡tened cuidado con esto! ¿Cuánta gente había de verdad detrás de los perfiles? El remate fue cuando me ofrecieron comprar un lote de mil seguidores. Creo que no digo nada nuevo, que todo el mundo lo sabe. ¡Es tanta la mentira que se vierte en esta red social!

Así que después de ver como el móvil consumía batería estando apagado, los avisos del aparato diciéndome que se estaban consumiendo no sé cuántos megabytes sin estar utilizándolo, la sospecha de estar siendo espiada a través del micrófono, dije ¡se acabó! Sí, ya sé, había que dar a la opción de salir pero no me acordaba de la contraseña para volver a entrar. Por pura vaguería no buscaba otra.

Pensé en los lamas del Tibet que crean con arenas de colores mándalas de extraordinaria belleza para luego deshacerlos y así ser conscientes de lo transitorio de la vida, de la consciencia del momento mientras se realiza un bonito trabajo. No se hacen dependientes de nada. Observan, absorben la belleza y la dejan ir.

Me enamoré de mi galería, de lo que en ella expuse, de las cosas que vi y las que leí, y como un lama tibetano, me desenganché de todo aquello, lo borré y lo dejé ir.

 

Que sepáis, que lo que se sube a las redes, en las redes se queda, nada se borra, repito, nada.  Por lo menos he conseguido que el móvil no consuma tanta batería ni megabytes.

 

IOLANTHUS 

*Me di cuenta más tarde que sí recibía visitas al blog. Así que he vuelto con otra cuenta, pero las normas las pongo yo. 

Vanitas vanitatum et omnia vanitas.