sábado, 21 de marzo de 2020

DOY GRACIAS A LA VIDA

      Hoy sigo con este blog que abrí hace unos años pensando que tendría muchos lectores. Los tuve cuando funcionaba Google +, pero hasta esa opción ya la he perdido. Sin embargo a pesar de todo lo difícil que es mantener la atención del lector, que cada vez es más exigente y busca sensaciones intensas o calidad en lo que se escribe, voy a continuarlo porque, querido o posible lector, lectora, no sé hacer otra cosa. Pero basta de lamentos. Especialmente ahora con lo que estamos viviendo.

     No quería hablar de ello pero es inevitable, el Covid-19 se apodera de todo. Mata e infecta. No hay que olvidar que hay gente que lo supera. Yo me pregunto si dadas las circunstancias debería prepararme para morir.

Hoy finalicé la novela de Dostoievski, Crimen y castigo. Me ha sorprendido encontrar este sueño que nos describe el autor en la mente de Raskólnikov:

   ....Soñó en su enfermedad que el mundo todo estaba condenado a ser víctima de una terrible, inaudita y nunca vista plaga que, procedente de las profundidades de Asia, caería sobre Europa. Todos tendrían que perecer, excepto unos cuantos, muy pocos, escogidos. Había surgido una nueva triquina, ser microscópico que se introducía en el cuerpo de las personas. Pero estos parásitos eran espíritus dotados de inteligencia y voluntad. Las personas que lo cogían se volvían inmediatamente locas. Pero nunca, nunca se consideraron los hombres tan inteligentes e inquebrantables en la verdad como se consideraban estos atacados. Jamás se consideraron más infalibles en sus dogmas, en us conclusiones científicas, en sus convicciones y creencias morales. Aldeas enteras, ciudades y pueblos se contagiaron y enloquecieron...

     Espero que aparte de la neumonía que causa el Covid-19, no nos volvamos todos locos.
En mi entorno, hay miedo pero también hay mucha ternura y cariño. La gente sale al balcón todos los días a las 8h para aplaudir a todas las personas que cuidan de la salud y a las fuerzas del Estado que hacen lo que es su deber.
     No hay que perder la esperanza. Quedaremos muy mermados a todos los niveles, psicológicos, económicos, físicos. Una carrera hay en los laboratorios de todo el mundo para encontrar una vacuna.
Hasta que llegue esa salvación, no perdamos la cabeza. Ya de nada sirve acusar  a nadie de no haber sabido gestionar la situación. Yo creo que en el fondo, nadie tiene ni idea de lo que es este bicho y lo que representa. Algunos tendremos suerte y otros no.

Si tuviera que escribir mi propio epitafio diría:
Doy gracias a la vida por haber vivido, a pesar de todas las heridas sufridas en el alma y todos los dolores de mi cuerpo. Por todo lo que me ha dado, mi marido, mis hijas. Por todas aquellas personas que se cruzaron en el camino y me aportaron tanto, bueno y malo. Lloré, fui feliz, me enamoré (este es un estado crónico en mí) Gracias, mereció la pena estar aquí.


                                                                       IO_LANTHUS



2 comentarios:

  1. Precioso epitafio, amiga, seguramente escribirás el mismo cuando cumplas los 80 años, quizá añadiéndole algún sentimiento más y bien bondadoso.
    Apúntame como fiel lectora y felicidades por tu decisión de continuar escribiendo en tu blog.
    Un cariñoso abrazo

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    Respuestas
    1. Gracias, Rosa. Mientras haya un lector o lectora aquí seguiré, echando palabras a la vida.
      Un fuerte abrazo

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