martes, 18 de abril de 2017

FUERZA INTERIOR




                “La última vez que dejé que alguien tocara mi alma, me costó más de doce lunas recomponer los pedazos. Fue un viaje iniciático hacia el interior de la vida.”

               Calixta releía con cierta complacencia y nostalgia su registro de experiencias espirituales.  Como buena alquimista no dejó de trabajar en otras sustancias volátiles, en el mercurio de los filósofos, y en todo aquello que guardara un gran secreto. -“Cenizas de pasión”- pensó al recordar ese amor. Cerró el libro de tapas de piel donde no había burilado ningún título, tan sólo una estrella de cinco puntas. Tomó su pequeño saco y salió a buscar valeriana al campo para la mujer del carpintero que andaba un poco nerviosa.

El aire le trajo negatividad, notaba que se acercaba una energía fuerte y malvada, pero no quiso hacer caso.
Alguien la cogió del brazo.
-¡Ya eres mía! –gritó.
El saquito se le cayó al suelo y el sol no la dejaba ver el rostro de Ignacio el Inquisidor General de la provincia.
-¿A quién vas a hechizar esta vez vieja bruja?
-“No soy bruja. Alquimista, tal vez”- pensó, pero…tampoco podía decir nada al respecto. Ella pertenecía a una sociedad secreta, de la cual no debía ni pronunciar su nombre.
-¡Déjeme! Tengo que llevarle este remedio a la mujer del carpintero.
-¡Hechicería! ¡Aquí la tenéis sois testigos de lo que digo!- Dijo, empujando a Calixta en brazos de dos soldados que acompañaban al inquisidor.

Se la llevaron a rastras y en el camino de piedras se le reventó una uña del pie. Sangraba por el empeine, por los dedos. Ese fue el comienzo de la tortura que vendría después. Sabía lo que la esperaba y lo que Ignacio quería de ella. Nunca se doblegó ante sus intentos de someterla a juegos carnales que el inquisidor  la demandaba desde hacía tiempo.
Encerrada en una mazmorra, esperaba la muerte como una salida. Los cátaros la llamaban Endura. Pero se acordó de su maestro Basilio Valentín y  el  código hermético:
RER, un enigma desprovisto de sentido.
RE, ablativo del nombre latino RES, significa cosa.
RERE, la suma de dos RE, dos cosas, BIS
RERE, equivale a REBIS, según su maestro, era el compuesto que va a sufrir sucesivas metamorfosis  bajo la acción del fuego.
Yo soy el compuesto, la materia. El Inquisidor es el fuego, por algo se llama Ignacio”

Después de ser torturada, no lo pudo resistir y se dejó llevar. Escribió en la fría piedra de su celda con su propia sangre “Me entrego al fuego”.

Al día siguiente antes de ser llevada a la sala de tortura, pidió leche y pan. El inquisidor sorprendido bajó a ver a la prisionera.
-Llévame contigo- le dijo ella.
Ignacio sonriendo de satisfacción la llevó a sus dependencias. Ella recibió el fuego de Ignacio y su materia se transfiguró. El inquisidor fue contaminado de pureza y su fuego se apagó. Al tomar verdadera conciencia del mal que había estado haciendo durante años, comenzó a gritar de dolor. Salió corriendo. Calixta soltó sus grilletes y se limpió la sangre. Nadie la detuvo.

El cuerpo de Ignacio se encontró en el barranco donde solía despeñar a sus víctimas. Calixta , sin embargo tuvo que remodelar dentro de sí, todo el mal que le había transferido, la envidia, el abuso, el miedo…
En su libro secreto escribió:

“Aquel día no dejé de ser consciente de mi humanidad, de mi  dolor, de  la lucha, de vivir en definitiva. En mis muñecas llevo las cicatrices de mi fuerza interior



jueves, 23 de marzo de 2017

ME GUSTAS





Me gusta mirar lo que tus ojos enfocan,
las calles estrechas,el árbol desnudo,
el moho de las viejas piedras grises,
la sonrisa de los niños.

Me gustan tus frases hiladas con la locura de la mañana.
Me gusta tu reflejo en el cristal
tu rostro distraído en el descanso de la tarde
tu torso dormido sujetando la almohada.

Me gusta la suave cadencia de tus instintos
cuando reclaman amor,
y preguntas a las flores 
si estaré mañana para oler a tu lado el perfume de nuestras ansias.
Me gustas con tus derretidas alas de cera
y el impulso interior de alcanzar el sol.
¿Para qué, ídolo mío, si tú ya brillas tal cual eres?

Me gusta que desates mi lengua profana,
iniciando así, esta danza de placeres que de ti emanan.
Me gustas porque sí
y sin pedirte nada.

Me gustas porque siendo como eres
alteras mi bendita calma,
extiendo los brazos y no alcanzo
a tocar lo que rumian tus sienes.
Te quiero libre para huirnos
cuando la oscuridad nos apague las ganas.

Me gustas tú,
me gustas. 
                           ©Io_lanthus







  Draper Herbert James Mourning for Icarus







miércoles, 8 de febrero de 2017

OFELIA, PÁLIDA BELLEZA

ANTOINE AUGUSTE ERNEST HÉBERT
(1817-1908)
OPHELIA 1876



Ofelia,
pálida belleza.
Flor mancillada por un héroe egocéntrico.
-Yo la amaba- le dijo a Laertes
Eso es todo lo que lloró, con sonido huero.

Días aciagos para las Rosas
que sólo podían ser transportadas
de su jardín, al florero, donde,
después de arrancarles el alma, con suerte medrarían.

Pero la suerte es un lapso esquivo:
al mirarte desde una esquina,
 bostezando se marchó.
El más alto estamento abrazó tu cuerpo
prometiéndote  desmadejada y rendida en el lecho
el  sacrosanto voto de eterna unión.
Por su boca caprichosa, perniciosas palabras salían
que tú traducías en amorosas promesas.
Ya tu hermano y tu padre te advirtieron
en vanos intentos de atarte lo que en tu cabeza ya andaba suelto.
Y quien puede parar el florecimiento de la hermosura,
su olor y  la  frescura, que está pidiendo ser amada.

Unos dicen que enloqueciste por el asesinato de tu padre, tu carcelero.
Pero todas las Rosas del jardín, a coro, cantaban que fue Hamlet quién
 rompió tu castidad , tu cordura  y tu corazón.

Y aún se pregunta el poeta en la voz de Laertes:
Cómo el juicio de una joven puede ser tan débil como el cuerpo de un anciano.
Cada vez te enterraban más hondo y aún no estabas muerta.
Así mandaban los usos y costumbres de la época.

Ofelia, no es Ofelia.
Es escaparate de Rosas perdidas
espejo de prudentes niñas, que confiadas, escuchan los dolores fingidos del amante, los  halagos, las  sutilezas y ellas presurosas se desviven  por darles un consuelo que no les aprovecha nada.
Ida tu razón cantabas delante del rey y la reina:
-Pues juro a Dios que no es una acción villana -contestó la doncella-
Porque antes de tenderme en el lecho, prometiste unirte en sacrosanto matrimonio.
Repuso él:
-Y tal hiciera, por la luz del sol, si no te anticiparas a mi tálamo.

Ofelia ahogada de amor y de pena.
Tu cuello rodeado de aromáticas hierbas.
Al jardín del que fuiste arrancada ya no pudiste volver,

y los álamos lloran tu ausencia y las flores te recuerdan.



JOHN EVERETT MILLAIS (1829-1896)
OPHELIA  1852

Afortunadamente las Rosas de hoy tienen muchas y grandes espinas.
Se ha trastocado la pasividad en lozana alegría.
Piensan, deciden, actúan.
Aunque por desgracia todavía algunos se empeñen en deshojar su valentía.



ABSTRACTION WHITE ROSE 1927
BY GEORGIA  O`KEEFFE
  










martes, 11 de octubre de 2016

DÉJAME QUE TE CUENTE LA VERDAD


Sé que te vas a ir cuando oigas la verdad. Ven, siéntate junto a mí en este pequeño sofá, donde tantas veces te has imaginado que estarías conmigo. La luz de esta pequeña lámpara será suficiente. Es mejor que no nos vean.

Sé que has sido tú el que ha ido dejando durante todo este tiempo rastros de tu presencia por estas calles de Sicilia. Hay mañanas que te veo despertar en mi mente saludando al mundo  con el corazón lleno de mensajes tiernos. Recogí las esquelas que has ido dejando en los periódicos, una tras otra. He de reconocer que al principio no creía que se dirigieran a mí. "Casualidades", me dije. Pero has señalado sitios, figuras, cosas que he dicho que sólo han salido de mí. No sé en qué momento las escuchaste. Pero allí estaban  mis palabras recogidas y transformadas en mensajes de amor. Te has convertido en un veneno que me recorre la sangre y no tengo antídoto.

Te  has dejado acariciar por el mismo viento que me acaricia el rostro, has descrito  con tu humor fresco escenas que me han hecho reír.

En fin, déjame que te cuente la verdad.

Tú sabes cómo son las familias aquí en Sicilia. Tal vez no, eres extranjero.  Aquí todo se sabe. Nadie mueve una coma sin que el  Padrino lo sepa. La familia me ata, mucho, a veces no tengo tiempo ni de quedar con las esposas de los otros hombres aunque sea para que nos vigilen cuando tomamos café. Ellos tienen miedo, viven con el desasosiego de que sus esposas sean eliminadas, y la casta de los Abbadelli con ellas. Nos la tienen jurada desde que mi esposo osó arrebatarles limpiamente un yate provisto de alijos de droga. No sé cómo se le ocurrió tal cosa. Tal vez su egocentrismo no le dejó ver que tarde o temprano lo descubrirían y aunque ha intentado más de una vez llegar a un acuerdo con los Rizzo, ellos no quieren ceder esta vez. Ahora quieren eliminarnos, extinguirnos o hacer que  muramos de miedo poco a poco. Nos vigilan. La semana pasada intentaron eliminar a Viccenza, con sus cuatro hijos, simulando un accidente de coche. Gracias a Dios sobrevivieron. Temo por los míos. Y por mí. La familia ata, el amor también.

Ahora ya sabes toda la verdad. No, no me mires así, me rompes el alma. Si me encontraran contigo me harían un juicio. Mi madre ya no está para defenderme. Mis hermanos me escupirían a la cara. Me llevarían en una barca mar adentro y me tirarían al mar para que me ahogara. La policía ya sabe y consiente que esto suceda. Es la muerte por infidelidad y aquí todos lo saben. Mi esposo perdería su puesto en la organización y mis hijos quedarían sin protección.

Sé que saldrás por esa puerta y ya no volverás. Pero déjame que te mire, déjame que me arrulle con tus besos, antes de que te vayas. No, no me digas que  huyamos, no puedo hacerlo. La familia está ahí, nos buscarían y a ti… mejor no te digo lo que te harían.



Ya te vas, me lo dicen tus ojos, un poeta no puede vivir sin su musa, lo sé. Vete ya, guardaré en mi corazón las palabras que me has escrito. Las recordaré como un bálsamo que cubra mi piel cuando el temor se apodere de mi alma. Apaga la luz, dame tu último beso.  Te echaré de menos mi amor. Sal por la otra puerta, te llevará a la libertad. 










Fotografías bajadas de internet sin ánimo de lucro. Serán eliminadas a petición del autor o autora. Gracias.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Ruhe Sanft. From Mozart's 'Zaide'

      Reposa suavemente, mi dulce amor, duerme hasta que despierte tu buena fortuna.

Toma, te dejo mi retrato.
Mira con cuanta complacencia te sonríe.

Dulces sueños, acunad su descanso
y que eso que imagina en sus sueños de amor,
se convierta por fin en realidad.



Gomatz es un esclavo del sultán Solimán que cae rendido en el jardín a causa del exceso de trabajo. Zaida es una joven del serrallo que se enamora de Gomatz. Le deja su retrato mientras canta esta bellísima aria. El esclavo se enamora nada más ver el retrato.Un favorito del Sultán llamado Alacín les ayuda a escapar. Pero son traicionados y llevados delante de Solimán.

Zaida es un singspiel en dos actos  escribió  Mozart cuando tenía  veinticuatro años. Quedó inconcluso por abandono del autor.

Ahora queda a la imaginación del lector lo que sucede con estos personajes, si realmente acaban juntos o por el contrario el Sultán los encarcela o....
Hay que decir que Zaida es la favorita de Solimán.




domingo, 25 de octubre de 2015

¡CUIDADO NO OIGAS SU NOMBRE!


Hay ciertas historias a  las que no se les debe prestar oídos. Lo supe demasiado tarde.

Cuando oí  hablar de él, fue en una Ceremonia del Té. Alguien le nombró y yo escuché anonadado las tragedias que arrastraba tan funesto personaje. Fue un error.

Me enfrenté a Oni, en un  túnel. Algo se deslizó delante del parabrisas, me asusté, después una respiración sibilante en mi nuca. Todo fue oscuridad. Tenía veintiséis años, acababa de casarme con Tamae. Por suerte, no sé cómo,  pude escapar de él, mi compañero no.

 Otra vez, vino cuando tenía cincuenta y seis años. Mi prudente mujer me avisó: -No bebas Hiroshi, no te sienta bien. Pero en esos días  se cerraban los negocios con  sake en la mesa. Recuerdo aquella geisha. El estómago se me encoge al recordar la respiración sibilante en mi nuca mientras le hacía el amor a Michiko. Unos ojos ensangrentados me miraban asesinos. La oscuridad me devoró. El demonio Oni  quemó a Michiko.

Ahora tengo ochenta y seis años. Tamae ya no está. Estoy muerto de miedo, ya no me quedan fuerzas para defenderme. Cuando aparezca, me hundiré en su ponzoña, esta vez, acabará con mi sufrimiento.

                                  


PARA EL CONCURSO MICROCUENTOS DE TERROR "MICROTERROR IV"  DE "EL CÍRCULO DE ESCRITORES"

viernes, 22 de agosto de 2014

ASTORGA (LEÓN)

Estas no son las típicas fotos de los monumentos más clásicos de Astorga. Son trocitos de esta ciudad que me llamaron la atención...


 
La catedral vestida para la noche. Arropada por nubes iluminadas por una extraña luna llena que quedaba detrás del fotógrafo.
 
 
 
 
 
 
Algunos de los muchos restos de la época romana asoman por la calle. Y es que, si se excavara toda la ciudad, aparecerían restos por doquier. Todo no puede ser.
 
 
 
Recomiendo visitar el Museo Romano, porque introduce al viajero en aquella época tan lejana y al mismo tiempo tan próxima en humanidad y arte.
 
Astorga es una ruta obligada si se hace el Camino de Santiago. Por cierto, este año ha estado repleto de peregrinos.

jueves, 3 de abril de 2014

A MI AMIGA YOLANDA

A mi amiga Yolanda Román

Cielo alto y claro
de tus ojos,
íntegra persona como el mar,
pájaros de luz
si te pienso
en la negra noche de
mi olvido.
Las mieles de la Alcarria
tienen celos de
tu voz, y
tu voz tiene suaves pleamares
que activan
la sangre de los poetas.
Y yo
-tan poca cosa yo-
apenas entiendo la fidelidad
de tu sentimiento,
tan cercano y tan lejano
como la luna,
tan febril como la luna,
lazarillo amistoso que guía
mis soledades
cuando vienen sin norte
ni luz.

Carlos Ramírez









jueves, 16 de enero de 2014

VILLAFRANCA DEL BIERZO


La primera sensación que se tiene al llegar a este bello paraje es la de pisar un suelo especialmente sagrado. Esta villa debe su desarrollo, en gran parte al Camino de Santiago.

 
 
 

 Esta es una de sus muchas calles peregrinas. Con balcones llenos de flores y donde se encuentra la Calle Del Agua, famosa por sus palacios y escudos nobiliarios.



El castillo de Villafranca construido en el s.XVI  por don Pedro de Toledo  Marqués de Villafranca.
Es una pena que no sea visitable, ya que se trata de una propiedad privada.


Pero aún así, una no puede dejar de pasear a su alrededor y fascinarse con sus torreones coronados por almenas. No escuché ningún grito de princesa esperando a ser salvada.
 
 
 
 Iglesia de San Francisco, antiguo convento franciscano del s.XIII.

 
 








 
 Detalle de la puerta del perdón, perteneciente a la iglesia de Santiago. Se aprecia el arte románico del s.XII. Consta de una sola nave en la que el ambiente invita a la retrospección. Produce una sensación de paz extraordinaria y no apetece seguir. Es como si el lugar dijera ¡quédate aquí!
Ante esta puerta, tiene el privilegio los peregrinos enfermos de obtener el perdón, si no pueden continuar el camino, cumpliendo una serie de requisitos, que desconozco.





Puerta del perdón.





 Convento de San Nicolás. De estilo barroco s.XVII. En sus orígenes fue colegio de la Compañía de Jesús. Después fue Diputación Provincial. La imagen en la hornacina es de San Ignacio de Loyola.



Por cualquier parte por donde pises hay historias, tanto de peregrinos como del lugar en sí. Por supuesto tiene muchas más cosas que ver y disfrutar. Las terrazas de la plaza Mayor invitan a tomar un refrigerio sin prisas. Eso sí, hay que ver esta villa con tranquilidad. El Parador Nacional de Villafranca es un lugar ideal para el descanso.

¡FELIZ PASEO!